sábado, 23 de enero de 2010

Y el Aleti pegó la “espantá”

Que poco dura la alegría en casa del pobre

Parecía que ya vivíamos en el país de las maravillas y ¡zas! El Aleti pegó el petardo. Puede haber días buenos, malos, pésimos o como la noche que nos obsequió contra el Celta. Para que no hubiera dudas, un gol nada más empezar y empate a los pocos minutos. Pero el partido fue mucho más. Una defensa totalmente desquiciada que sólo se limitaba a pegar balonazos. Un recurso que en ocasiones no sólo no es una mala solución, sino que es la mejor, pero hacer de un recurso la costumbre resulta pobre y preocupante. Ya podía encontrarse el defensa sólo, ya podía tener un compañero cerca mejor colocado, pues nada, zapatazo y balón a las gradas.

Se esperaba que Tiago reformara el centro del campo, que ayudara a asentarse al equipo, pero tenía tanta mediocridad a su alrededor que hizo imposible su labor. Sólo el susodicho Tiago, Agüero haciendo la guerra por si mismo y en ocasiones Ujfalusi pudieron mantener la ilusión del Aleti en la copa del Rey. No me he olvidado de De Gea, no, pero creo que merece capítulo aparte. Repelió los complicados disparos gallegos con bastante solvencia y consiguió alargar la eliminatoria 90 minutos más. Buena cosa sería que la paz parta de la portería.

Lo que a mi me gustaría saber es si estaba De Gea en la recámara, para que se ficha a otro portero, con mucha calidad también, como es Sergio Asenjo, casi con la misma edad y todavía por cuajarse. No sé por qué, pero a mi esto me parece que ya lo he vivido antes, pero con distintos nombres. A uno le podemos poner Molina y al otro Toni, lo agitamos y nos sale un estupendo cóctel de cabreo, descontento y desilusión. Lo servimos frío y tendremos dos buenos porteros inutilizados. El año anterior incluso llegué a entender el fichaje de Coupet. Parecía hecho con cierta lógica. Un meta cerca del final de su carrera y del que puede aprender la joven figura emergente, sin piques entre ambos y con la posibilidad de que los malos tragos los pase el veterano. Pero no fue así; Coupet se mal repartió la titularidad con Leo Franco y De Gea quedó arrinconado en el Madrileño. Como uno ya lleva un tiempo yendo al fútbol, llegué a pensar en una nueva pareja Fillol- Abel.

Pero aparte de disquisiciones sobre porteros, si volvemos al partido del Celta tenemos que pensar en un equipo frágil, aunque no tanto como hace unos meses y lo que ya hemos repetido en otras ocasiones, sin confianza. Yo entiendo que es muy difícil que jugadores como Perea, Valera o Pernía cojan confianza, o por lo menos que lo hagan en este equipo. Pero lo que no nos podemos permitir es que otros, como Raúl García, caigan en barrena. El navarro ha demostrado su calidad incluso en el Aleti y si no recordemos su primer año en el que Aguirre lo utilizaba como comodín, en todas las posiciones en las que se precisaran sus servicios.

En cuanto a otros como Jurado, yo no he tenido nunca demasiada confianza, pero ahora le tengo cada vez menos. Nadie duda que tiene calidad para regalar, pero para manejar el equipo se necesita algo más y sobre todo una cualidad indispensable: elegir siempre la mejor opción. Esto no quiere decir que todos los pases sean de gol. Lo que quiere decir es que en ocasiones el pase al portero puede ser lo más acertado. Se le pasa, el centrocampista se mueve y vuelve a pedir el balón y así las veces que sean necesarias para desatascar una situación de peligro. Pero esto desgraciadamente no lo tiene Jurado.

Lo de Simão no acabo de entenderlo o sí, porque la verdad es que no ayuda demasiado al centro del campo, pero en cambio se pierde defendiendo como el primero y cuando quiere volcarse al ataque ya no le queda fuelle. O sea que si los defensas no defienden y quienes defienden son los demás, se crea un desequilibrio que afecta a todo el equipo.

Pero tampoco nos tiremos de los pelos. La noche fue para olvidar, a todos nos dieron ganas de pedir la devolución del precio de la entrada, del importe del carnet total y de la noche que podíamos haber pasado calentitos en casa viendo el Águila Roja, pero nosotros tampoco tenemos remedio. Nos quejamos, renegamos y juramos que ni una vez más, pero el próximo domingo que el Aleti juegue en casa estaremos en el Manzanares esperando que salgan al campo con toda la ilusión del mundo, aplaudiendo hasta que se nos rompan las manos y deseando con todas nuestras fuerzas que ganen , para decir orgullosos aquello de “Este es mi Aleti”.

lunes, 18 de enero de 2010

No renunciamos al sobresalto


Ibra en pleno éxtasis goleador


Vuelvo semanas después de mi última entrada en la que había decidido abandonar opinar sobre las desgracias continuas del Aleti. Han hecho falta dos triunfos seguidos en la liga y la épica del partido de copa, además del impulso de algunos compañeros de localidad, para volver a intentar dar vida a este blog sobre nuestro equipo.

El Sporting jugó y jugó durante todo el partido. Se encontró con el gol de Forlán en contra, pero pese a todo siguió jugando. Los atléticos podíamos empezar a pensar que la cosa podía enderezarse, pero Asenjo se ocupó de quitarnos esa ilusión de la cabeza cuando arrolló al delantero asturiano dentro del área. Otro gol del Aleti y aún otro más nos aseguraba la tranquilidad. Pero en la naturaleza de este equipo está esa inclinación a complicarse la vida y cedió el segundo a los gijoneses, que seguían jugando y jugando.

No fue malo el partido del Atlético, quizás en algunos jugadores se notó poca frescura, como fue el caso de Reyes, quien a pesar de no parar de pelear el balón, parecía llegar siempre un segundo tarde, lo cual era aprovechado por el contrario. El equipo no acaba de transmitir fluidez, ni parecía estar bien afinado. Y para ejemplo está el segundo gol, un contraataque de libro, con pases rápidos al primer toque, pero que a cada paso que se avanzaba parecía que iba a quedarse en el limbo. Un pase medio metro más atrás de lo deseable o un metro más pasado de lo preciso, pero a pesar de todo, cuando el balón ya se perdía a pase de Ujfalusi, fue rescatado por Forlán para regalarle el gol a Assunçao, de quien no se puede decir que lleve el gol en las venas. Justamente lo contrario de Ibra, quien se volvió completamente loco al conseguir el que en ese momento parecía sentenciar los tres puntos a favor del Aleti.

Es verdad que en el segundo tiempo no se jugó mal, se tuvieron bastantes oportunidades y se pudo acaba bastante antes sin necesidad de complicarse el partido, pero lo que parece que está cambiando es la predisposición del equipo para luchar cada balón hasta el último minuto, aunque eso sí, sin renunciar a esa sensación de acabar los partidos con el corazón en la boca. Vale que el regusto que deja la victoria en partidos como este es mucho más dulce, pero seguro que más de uno se apuntaría a pasarse los últimos veinte minutos comentando las jugadas alegremente con el compañero de localidad.

A lo largo del año hay partidos que se deben ganar sin estar al cien por cien, bien sea por haber jugado el jueves derrochando hasta el último gramo de energía, o por no contar con todos los efectivos, pero que hay que ganar. Cualquiera puede recordar esas tardes en las que marcar un gol se convertía en una empresa titánica, pero parece que eso sí que puede tender a la extinción y la fórmula es muy sencilla: correr y decirle al contrario que "aquí mando yo”.

Para cerrar sólo queda dar la bienvenida a Tiago, que ya debutó y despedirnos de Maxi, quien si las cosas hubieran sido como todos esperábamos, incluido él, nunca se habría movido del Manzanares, pero no, a estas horas estará preguntándose cómo se conduce por la izquierda.